¿Escuchas para entender o responder?
El común denominador de las personas bloquea el flow de la escucha ofrecida, incluso antes de empezar la conversación.
Alguna vez antes de empezar una conversación con alguien, ya sea porque otra persona te quiere pedir un consejo, porque peleaste con tu pareja y quieren hablar de lo que pasó, o porque quieres tener un momento de reflexión con tus hij@s… Te preguntaste:
¿Estoy dispuest@ a escuchar?
¿Tengo la energía suficiente para llevar a cabo esta conversación?
¿Ayuda el contexto?
¿Tengo alguna otra cosa importante de que ocuparme en este tiempo?
¿Puedo dedicarle 100% mi presencia?
Claro, me parece que no… Yo tampoco lo hacía. Tenía conversaciones como un ítem más en mi agenda y click hecho, se acabó.
Ni hablar de la forma en que las tenía, mi escudo estaba siempre en posición, frente a mí. A ver si al otr@ se le desvía un dardo y me pega justo donde me duele… ahí, en el corazón.
Esto puede derivar en otros 4 temas que me gustaría charlar con ustedes, pero primero entendamos cómo podemos escuchar y explicarnos mejor.
Contexto
Este es el primer paso, si respondiste a las preguntas anteriores y realmente crees que tienes las ganas y el tiempo, podés empezar a crear el contexto para que esa conversación fluya mejor.
Por ejemplo: En Argentina, preparar el contexto ideal sería, poner la pava, preparar el mate, comprar algunos bizcochitos y armar la mesa/área donde tomar unos mates mientras la conversación sucede. Esto puede variar por vino, picnic, tapas, o simplemente un buen sillón y una manta… Dependerá de los usos y costumbres de las personas involucradas en la situación, como también de sus necesidades individuales.
Escucha Efectiva
Ya preparado el contexto, es hora de empezar la conversación.
Lo más importante en este momento es que los dos se sientan ESCUCHADOS. ¿Cómo me aseguro que eso suceda? Haciendo las preguntas que sean necesarias, pidiendo que nos repitan eso que no terminamos de entender, pedir ejemplos, etc.
Acá es muy importante que nos mantengamos alejados de los adjetivos y las generalidades, porque esto puede llevar a que el mensaje no sea concreto y claro.
Por ejemplo:
X: “Yo quisiera que seas más buen@ conmigo”
Y: Pero si soy buen@ con vos! - NO
Lo que Y tendría que haber respondido primero es el reflejo de lo que escuchó. Si, esto es crucial cuando hablamos para entendernos. Porque deja en evidencia lo que nosotros percibimos del otro, que nos produce el tono, que nos despierta el subtítulo, cómo utiliza el cuerpo, etc… Porque cuando nos comunicamos no importan solamente nuestras palabras (que también pueden ser mal utilizadas y comunicar algo completamente diferente), es un conjunto… Y dentro de ese conjunto también está la otra persona recibiendo ese mensaje, con sus propias expectativas, ideas, emociones y sentimientos. Entonces, para asegurarme que realmente escuché y entendí puedo empezar mi respuesta diciendo: “A ver si entendí bien, ¿Vos me estás queriendo decir que estás triste o enojada porque yo no soy buen@?
X: No, lo que quise decir es… (seguimos repitiendo el paso hasta que el reflejo sea lo que se quiso comunicar)
X: Si.
Lo siguiente que tendría que hacer Y es empezar a preguntar, ¿Qué es ser buen@ para vos? ¿Qué tendría que hacer para que vos sientas que estoy siendo buen@? ¿Qué hice para que pienses que no lo soy?
Haciendo este tipo de preguntas nos ayudan a salir del adjetivo solamente y nos ayuda a entender a qué se refiere la otra persona cuando dice “buen@“. Si, no para tod@s un adjetivo tiene el mismo significado. El significado lo pongo yo en base a mi propio camino de vida.
X: Para mi ser buen@ es que hagas cosas lindas por mi, y vos siempre te olvidas de las cosas que me interesan. NO
Esta es otra parte sumamente importante en este momento, no generalizar -utilizando siempre, nunca, a veces, etc.- El mensaje cuando no es concreto y utiliza adjetivos y generalidades, se pierde en las subjetividades del receptor, despierta el sentimiento de ataque, como si estuviera en riesgo y comienza a sentir la necesidad de defenderse en vez de explicarse. Generando así, un juicio de razón en vez de una conversación para entenderse.
Lo que X podría haber respondido es, para mi que seas buen@ es que te acuerdes que me gusta desayunar café o que me interesa leer filosofía. Como vos preparas té a las mañanas y nunca me regalaste un libro me parece que no sos tan buen@ como quisiera. Me gustaría que de ahora en adelante, me hagas café y me regales un libro de filosofía para mi cumpleaños.
Claro, concreto y termina con el tercer paso.
Pedidos Claros
Cuando estamos practicando la escucha efectiva, se trata de que las personas al finalizar cada interacción -hablando, escuchando y confirmando que han sido entendidos- hagan pedidos claros.
Esto se puede dar porque el que está escuchando, siente la necesidad de saber que puede hacer para cambiar la situación o porque el que está comunicando necesita un cambio. De cualquier modo, tiene que ser claro, y con claro me refiero a que no se tendría que pedir “quiero que me hagas felíz”… Recuerden NO adjetivos.
Como X dijo en el ejemplo anterior -“me gustaría que de ahora en adelante, me hagas café y me regales un libro de filosofía para mi cumpleaños”- es de lo más explicativo, porque tienes que saber qué necesitás en concreto del otro para hacer un pedido claro.
Acuerdos
Después del pedido claro viene el último paso de esta escucha efectiva. El acuerdo… A medida que practiquen la escucha, se van a ir dando cuenta lo difícil que es ponerlo en práctica y mantenerlo.
Que la otra parte me haga un pedido claro no significa que se tiene que hacer, por el contrario, te invito a que ningun@ de las dos partes se sienta sometid@ a ceder por otr@ o a asentir a todo lo que se le pide.
Este momento es especial para el debate, para que cada una de las partes exprese lo que le parece de ese pedido, como por ejemplo, siguiendo el caso X e Y:
Luego del pedido, Y podría hacer estas preguntas -¿Estás segur@ que si hago lo que me pides, dejarás de pensar que no soy tan buen@? ¿Esperas que te prepare café todos los días? ¿No te gustaría en un cumpleaños recibir otra cosa?-
También expresar que le genera ese pedido y si se siente capaz de cumplirlo o no -Entiendo que tu necesites eso para sentir que yo soy más buen@ contigo pero me parece que si yo hago esto que me pides, voy a sentir que no tengo libertad de poderte expresar que tan importante sos para mí. No creo que pueda cumplirlo en el tiempo-
Por otro lado, también, puede suceder que estés cómodo con el pedido y acuerden eso.
La escucha efectiva es un proceso largo, que requiere esfuerzo y dedicación. Pero quise explicarles muy brevemente cada etapa, para que si quieren, puedan usarlo con sus parejas, amig@s, familia, etc. Asimismo tiene un enorme beneficio para las relaciones laborales.
En la continuación de este artículo, voy a hablar más en detalle de esto y su secuela que es: ¿Cómo honrar los acuerdos? porque ahí hay mucho para hablar.
Conclusión
1- Trabajá en vos.
Si, no vas a esquivar nunca de esta parte, tenés que trabajar en vos. Es muy necesario, tanto como para la escucha efectiva (porque tenés que comunicar claro que querés/necesitás) como para tu proceso evolutivo en general.
Ya vamos a hablar de eso en uno de mis próximos artículos donde voy a citar al filósofo Ken Wilber y escribiré en detalle sobre los procesos evolutivos y como todo nuestro mundo alrededor se conecta entre sí.
Volviendo al foco, si no indagás en vos, puede derivar hasta que no sepas qué te pasa o cómo sobrellevar una conversación. ¿Viste a los niños cuando están en sus primeros años que todo es berrinche? Bueno, así, pero entre adultos haciendo una actuación para no afrontar sus responsabilidades afectivas. Incluso, muchas personas no están acostumbradas a ser realmente escuchadas, entonces cuando lo son, no saben cómo reaccionar. De todos modos es un buen ejercicio para ell@s porque realmente pueden recibir preguntas interesantes o llevarl@s a ese momento de jaque en el cuál te sientes vulnerable por no percibir que tenés la respuesta correcta o esperada. Si somos escuchados, también vamos a comunicar diferente, con palabras más sinceras y profundas. Ya no vamos a querer contestar lo que creo que quieren escuchar, todo lo contrario. Porque todo es frecuencia, energía, ondas… Yo también me dispongo según lo que está a mi alrededor, a cómo me hace sentir, si me siento o no juzgada, y si se me da el lugar.
2- La vulnerabilidad es parte del vínculo sano.
Si querés formar vínculos desde el entendimiento y el amor, tenés que estar dispuest@ a soltar la sensación de control y/o poder (que es una fantasía). Necesitamos más relaciones donde no experimentemos el ser condicionados y tengamos que analizar nuestras próximas acciones. Pero primero, tengo que volver al punto anterior y trabajar en mi mism@. Porque si vos sos tu pripi@ perseguidor, lo vas a reflejar en todas tus conversaciones y vínculos.
3- Si es un vínculo sano, no va a utilizar nada para lastimarte.
Muchas veces confundimos la vulnerabilidad con debilidad, y esto no es así. Por el contrario, creo que es al revés. Mostrarte vulnerable para mantener un vínculo es uno de los actos de mayor amor -propio y ajeno- que alguien puede demostrar. Si bien otra persona puede ejercer uso de poder ante otra que está siendo vulnerable, no es por ahí. Acá es donde se relaciona con el término de vínculo sano. Si tu entorno está en tu misma página evolutiva, no lo va a utilizar en tu “contra”, se le va a poder despertar la empatía o compasión por lo que estás compartiendo/comunicando y va a utilizar eso para entenderlo mejor.
4- Esto no es una guerra, ni un juicio.
Siguiendo el hilo de los vínculos y la vulnerabilidad, partiendo de que otr@ puede hacer algo en tu “contra” o sentir que querés tener razón… Ya estás parad@ de la vereda equivocada. En una conversación no gana nadie, si al menos una de las dos partes no entendió lo que el otro quería comunicar.
Cuando hablamos de lo que sentimos, percibimos o queremos… No hay ni bien, ni mal… No hay tengo o tenés razón… No hay blanco o negro.
¿Acaso es más importante ganar la discusión -quedándose ambas partes con la idea de que, al final, ninguna de las partes se sintió validada- que ganarle al ego y tratar de entenderse desde el amor?
Ésto me hizo acordar a una pregunta que me hizo un profesor en la universidad… ¿Preferís tener razón o ser felíz?
Y vos, ¿Qué preferís?
Te dejo con esa pregunta, mientras voy a escribir el próximo artículo sobre los seres vivos y los vínculos.
-L@s Quiero-
GS
PD: Yo también estoy aprendiendo a conversar.